jueves, 6 de junio de 2013

Love, we need it now.

¿Cuál es el momento exacto en el que decidimos que algo va a durar para siempre? Y, algo aún más inquietante, ¿Cuál es el momento exacto en el que decidimos que siempre no existe y que nunca más es más viable? ¿De qué manera decidimos que ya no nos interesa una vida? ¿Tiene que haber un por qué? Las vidas se cruzan, se unen, y se distancian, no hay un misterio mayor que una amistad de la infancia que sobrevive hasta el día del fin.

Hay tantas casualidades, tantos desvíos, tantas opciones, tanto yo y tan poco tú, tanto yo y nada nosotros. Hay relaciones tóxicas que no terminan, y hay cuentos de príncipes y princesas que no sobreviven a la primavera. Dicen que la distancia es el obstáculo mayor, pero esta tiene más que ver con el frío de la ausencia que con los kilómetros. Dicen que la cercanía rompe más relaciones que la distancia, que la rutina es un vicio insano, y que desgasta más que una pelea entre dos ex-enamorados. 

Quizás todos acabemos así, primero odiamos la distancia, luego la cercanía y así nos convertimos en ex-enamoramos, y todo ello para preguntarte ¿Cuántos besos me he perdido desde que nos estamos dejando? Qué no hay nada más complejo que una primavera sin flores o que un verano con lluvia. Llega un momento en que todo cambia, nada es como al principio, todo muere, y luego están los amores verdaderos. 




Sólo pido vencer la distancia, la rutina y a todos los ex-enamorados.

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