miércoles, 7 de agosto de 2013

Sólo calan los besos que no has dado.

La lluvia en verano me recuerda ti, tan difícil de encajar en cualquier casilla.
Las noches en las que suena Sabina son tu puro retrato.
Imaginémonos que una madrugada se juntan ambas. 

¿Sabes qué pasa? Que a veces el hielo quema más que el mismo fuego, y algo así me pasa contigo, los fracasos me hacen fuerte. 
Que debería alejarme de ti, ambos lo sabemos, pero no se a quién le gusta más estar con quién.

¿Y si nos estamos volviendo locos con tan tontería? Bueno, yo me vuelvo loca, tu sigues a lo tuyo como siempre mientras yo juego a no perder la esperanza cuando veo como un verano más te enamoras de otra.

Cualquier día me tomo un par de tequilas y firmo llorando mi confesión, pero, si la primera vez no sirvió, ¿Por qué iba a funcionar la segunda? ¿Por qué sigo empeñada en lo mismo?

Pero es que cada vez que beso a alguien distinto me enveneno y me autoengaño, y... no sé que voy a hacer conmigo misma... 

Ya valieron las confesiones por hoy.

Una madrugada de un miércoles cualquiera.
Las madrugadas siempre se me resisten
y nunca se me dieron bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario