No sé si serán los encantos del verano o que septiembre nos está pisando los talones. Podría decirse que adoro septiembre, combina la rutina con el último soplo del verano, la piel dorada y los amores que finalizan y dan paso a ser el bonito recuerdo.
Y con casi un mes de libertad hasta el mayor de los cambios se palpa el amor, será que el miedo a que todo cambie hace que ahora todo sea perfecto.
Pero este año no quiero que llegue septiembre, temo que llegue el día uno. Domingo amargo, de las primeras despedidas y de empezar a echar de menos. Lo congelaría todo en este preciso instante.
Pese a todo incluso en la distancia y separados seremos luces, y septiembre seguirá siendo bonito, aunque no nos toque estar juntos.
And I can tell just what you want, you don't want to be alone.
Melancólicos días 27,
pero lo bueno es que en ellos descubres que hay cosas que duran para siempre.