lunes, 29 de octubre de 2012

Las noches que no mueren.

No se trata de estar sola o de estar acompañada, se trata de estar con buena compañía, y en ocasiones la mejor compañía es la soledad.

Las noches eternas mueren, y que los besos saben todos igual. 
Las sonrisas son efímeramente preciosas, y los ojos son el espejo del alma, sólo dentro de ellos puedes ver el amor. Sino lo ves será que no es tu amor.

Hay algo que siempre vivirá, pase lo que pase, y es el corazón, nunca te podrás vacunar de los sentimientos. A veces te harán sonreír, otras tantas llorar. Pero te harán sentir persona.

Haz lo que quieres de verdad, pero, no te eches a perder, otra vez no.

Desde aquí escucho una dulce melodía que me inunda de bonitos recuerdos, sólo se trata de cerrar los ojos y creer que todo es verdad. 

Pese a todo sé que nunca cumpliré eso de la soledad, por mucho que me ponga dura. Me gusta tener siempre a alguien junto a mi, sentir que no estoy sola. Que aunque las noches mueran siempre nos quedará la ilusión, y que los besos saben igual, pero no sientes lo mismo.

Celebraré que la felicidad nos abraza una vez más como si fuera a ser eterno.

Le susurré al tiempo que la batalla terminó, que ya he aprendido la lección, no cometeré el mismo error. 


O, quizás, sí.

lunes, 22 de octubre de 2012

Me sobran motivos para besarte, me faltan ganas para no hacerlo.

Corremos en ocasiones en la misma dirección, acompasados, otras veces tan sólo huimos en la dirección contraria. 
Abrazamos lo desconocido, buscando el calor que no nos supo dar lo conocido.
Tenemos lo que queremos tan cerca y tan lejos. Es tan fácil y tan difícil.
Vemos constantemente cosas dónde no las hay, y no las vemos dónde de verdad están.
Acaparamos la atención sólo con una sonrisa, creemos que nunca daremos un paso un falso, que somos más listos que eso, y calculamos cada movimiento. Y cuanto más lo calculamos, mayor es el fallo.
Luego está él, que te rompe los esquemas, y te los pega en pedacitos. Que es tan perfecto como siempre imaginaste y tienes tanto miedo como nunca quisiste tener.
Ya no llegas a calcular, ya no quieres correr, o quizás estés corriendo más que nunca.
Llega un momento en el que te das cuenta que estas sintiendo de más, pero aún así eres feliz. Al menos por ahora.
Y después despiertas del sueño. 
La realidad te golpea con fuerza, pero tus piernas siguen temblando.

A ver que pasa con tú y yo, a ver que pasa con los dos, a ver que pasa con todo, me digo.


Ojalá nos durara todo más de medio suspiro.

sábado, 6 de octubre de 2012

He soñado en otra vida, en otro mundo.

Duerme tranquila. Su sonrisa demuestra su alegría y serenidad.
Lleva mucho tiempo sentada en el mismo sofá, anestesiada por dentro.
Capaz de curar las emociones, capaz de solucionar las comeduras de cabeza de los demás.
Ella es el tipo de personas que tiene una sonrisa sincera, que encuentra flores en el asfalto.
Desea lo mejor para ti. Eso si, promete no besar más sapos.
Por dentro está llena de taras y risas. Está desaprendiendo a llorar, se la está dando bien.
Alza la copa en una noche cualquiera y brinda por la amistad sincera y suelta una carcajada.
Ha cometido mil errores, algún que otro valió la pena. 
No sabe lo que quiere, pero si sabe lo que no quiere. 
No quiere seguir encerrada presa del miedo, no quiere reciclar más besos.
Que no ha perdido la esperanza, pero, probablemente haya madurado, y su esperanza esté en un punto muy diferente de dónde estaba hace unos meses.
Todo ha cambiado, pero a la vez todo es igual.
Quizás sea impresión suya. Los sentimientos ya no son tan intensos, más bien son difusos, o bien, se han bifurcado. 
Pese a todo ella sigue soñando, despreocupada, dejándose llevar por el momento, concentrada en ser feliz.


































Ella puede ser un efímero resplandor o una luz eterna.