No voy a culpar a nadie de no comprenderme, mil veces ni yo atino a ello.
Absolutamente nadie es capaz de borrar la permanencia de mi sonrisa, he crecido y he aprendido a no defraudarme por pequeñeces, al menos no por mucho tiempo.
Di tú que si te defraudan es por la confianza que un día pusiste, así que también he aprendido a confiar en quien no me falla, así todos felices.
No sé si sigo igual o he cambiado todo mi ser, puede que ya no sea tan enamoradiza, ya no confíe en encontrar el amor al doblar la esquina de mi portal, puede que ahora sea algo más realista.
No sé a lo que aspiro, ni a lo que dejo de aspirar. No sé lo que voy a hacer esta tarde, ni mañana, ni dentro de un mes, pero aún así quiero planificar muchos días, tener muchos planes, y muchos sueños, tantos como días viviré.
Quiero ser única y especial, irracional, impredecible, quiero ser ese tipo de persona que encaje contigo, aunque aún no sepa quien seas tú. Sí, una contradicción, pero, así es más divertido.
Luego están los días de invierno iluminados por las luces de navidad, los de verano, con sus noches. Cualquier época del año tiene su pequeño encanto. Lo importante es saber con quien disfrutarlas.
Y, como decía Bécquer mientras responda el labio suspirando al labio que suspira, mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas... Nada está perdido, todo sigue y continúa, y quienes tienen que terminar juntos, terminarán.